Puede que tengas mucha experiencia usando el Metro de París o que lo estés usándo por primera vez pero de cualquier forma es necesario que estés alerta para evitar convertirte en víctima de los carteristas que operan tanto en el Metro como en el RER y que afectan a residentes y turistas por igual.
Seguramente ya has leído advertencias sobre los carteristas durante la planeación de tu viaje pero los ladrones cada vez son más ingeniosos, organizados y sofisticados, de tal suerte que hay mafias que se dedican exclusivamente a esta actividad y que constantemente buscan técnicas novedosas para cumplir sus cometidos.
Recién en mayo de 2013, un hombre de origen bosnio fue enviado a prisión por ser el lider de una banda de carteristas que se componía principalmente por mujeres bosnias jóvenes que eran torturadas y abusadas si no cubrían cierta cuota diaria. Esta banda era responsable de un gran número de ilícitos cometidos a diario en París.
No obstante, esta no es la única organización de criminales dedicada a esto y por eso debes conocer algunas de las técnicas que utilizan los ladrones para evitar ser un número más en una lamentable estadística.
Te mancho, te robo
Una técnica muy común consiste en que alguien derrama alguna bebida o mancha tu ropa intencionalmente pero haciéndolo parecer un accidente. La persona que lo hace pide disculpas y se muestra muy consternada, mientras un segundo personaje se acerca para ayudar a limpiarte mientras le reclama a su cómplice por su torpeza y malos modales.
Mientras el buen samaritano hace su labor de limpieza e intenta comenzar una plática amistosa, sus dedos buscan hábilmente entre las ropas por dinero u objetos de valor que puedan sustraer sin que la víctima se dé cuenta.
Lo mejor, ante este tipo de situación, es ignorar completamente al “torpe” personaje y rechazar cualquier tipo de ayuda. Cierto, los accidentes a veces sí pasan, pero cualquiera que sea el caso, con ayuda o sin ella, difícilmente una mancha desaparecería al instante.
Si eres lo suficientemente desafortunado como para que esto te suceda, puedes intentar lavar la prenda después y si la mancha no desaparece, en lugar de enojarte piensa en que pudiste haber perdido algo más que tu grandiosa camisa o chaqueta.
Recuerda, si alguien mancha tu ropa “accidentalmente”, solo sigue tu camino y ocúpate de la situación tú mismo. Por supuesto, sobra decir que es pésima idea tornarse agresivo y soltar insultos, a menos que quieras experimentar emociones fuertes.
Atentos al sonido, el tren se va
Cuando un tren se encuentra detenido en una estación se emite una alerta sonora que indica que las puertas están a punto de cerrarse y de que el tren va a continuar su marcha a la siguiente estación. Ese preciso instante es cuando se tiene que estar más atento y alerta.
Un ladron no necesita más que unos instantes para arrebatarle el móvil, cartera o bolso a un viajero distraído y salir corriendo antes de que la víctima siquiera se haya dado cuenta de lo que sucedió. Para el momento en que ya ha reaccionado, las puertas ya han cerrado y el tren está ya en camino a la siguiente estación, mientras el ladrón camina tranquilamente en el andén con el motín en sus manos.
Para evitar esto, intenta estar lo más alejado posible de la puerta o de cualquier otro lugar donde un ladrón pueda hacer una escapada rápida, esto incluye las entradas y salidas de las estaciones, con especial atención a los torniquetes.
Ser buen samaritano no siempre es buena idea
Aprovecharse de la buena voluntad de la víctima es una técnica bastante común y efectiva para los carteristas.
En este escenario, una persona “accidentalmente” tira al piso sus billetes u otros artículos al pasar cerca de la víctima, quien, como cualquier persona normal y decente, ayuda a recoger los objetos del suelo, al tiempo que un cómplice se acerca y aprovecha para tomar lo que pueda de los bolsillos del buen samaritano.
El ladrón huye y quien tiró los objetos al suelo suele mostrarse amigable y solidario con la víctima al consoloarle, aunque poco después se marchará.
Claro que también ocurren accidentes reales de esta naturaleza con frecuencia. No permitas que todas estas precauciones te conviertan en alguien temeroso. Si deseas ayudar a alguien, sólamente toma tus precauciones antes de hacerlo.
Distracciones por doquier
Esta técnica es un clásico que se utiliza en muchas partes del mundo y consiste en crear grandes distracciones para que los carteristas puedan actuar más fácilmente.
Las distracciones pueden ser cualquier cosa, desde una pelea falsa hasta un desmayo fingido. Incluso, en ocasiones niños pequeños son parte de estos grupos y fingen estar perdidos para distraer a las víctimas y muchas veces, los carteristas aprovechan situaciones reales.
Así, mientras un inocente usuario del Metro de París está al pendiente de la pelea o de cualquiera que sea la distracción, un carterista aprovechará para sustraerle sus posesiones.
Para evitar esto, lo mejor es evitar involucrarse en cualquier situación sospechosa, mantenerse atento y guardar los objetos de valor en lugares poco accesibles (los cinturones de viaje son ideales para esto).
Víctimas fáciles: desvelados y borrachos
Viajar puede ser cansado y los carteristas, mejor que nadie, saben aprovecharse de esto. Algunos carteristas del Metro de París frecuentan los andenes en busca de personas que se estén quedando dormidas para realizar sus fechorías.
En el momento en que ven que una persona visita el mundo de los sueños, ellos entran en acción y cuando la víctima despierta se da cuenta de que misteriosamente su bolso o cartera ha desaparecido.
Víctimas aún más fáciles para los carteristas son los borrachos, así que si sales de marcha por la noche y no has podido evitar emborracharte hasta olvidar tu nombre, por lo menos asegúrate desde antes que alguien sobrio te acompañará de regreso.
Un consejo
No permitas que nada de esto te espante y arruine tu experiencia de viaje. Lo único que necesitas es estar alerta para evitar formar parte de una desafortunada estadística. En realidad, las probabilidades de que seas víctima de un carterista en el Metro, son relativamente bajas si tan solo usas el sentido común.
Ahora, que si eres de los que se asustan demasiado y ahora quieres evitar tomar el Metro a toda costa, recuerda que puedes caminar a cualquier lado o usar las bicicletas Vélib.