Si hace tiempo que esperas hacer una escapada a París, en esta ocasión te contamos lo que no puedes perderte en tu visita de tan solo tres días: las principales atracciones de la Ciudad de la Luz, así como un posible itinerario para que no te dejes nada sin visitar desde el momento en que llegas hasta el momento en que te vas.
Imprescindibles en París
La capital gala es historia, bohemia, glamour y atractiva se la mire por donde se la mire. Recorrer sus calles y respirar su atmósfera, tomar un café en alguna de sus terrazas, visitar sus museos y lugares de interés harán tu estancia inolvidable, por más breve que sea.
La Torre Eiffel, conocida también como la “Gran Dama de Hierro”, domina la ciudad con sus 324 metros de altura, y es la protagonista de cualquier postal de París. Con más de 120 años de historia, se erige soberbia a orillas del Sena y del Champ de Mars. Además de observar desde ella la ciudad como desde ningún otro lugar, podrás disfrutar de uno de los almuerzos más románticos de tu vida.
El Arco del Triunfo, el inmortal río Sena, la catedral de Notre Dame, el museo d’Orsay y el Louvre, así como los jardines de Luxemburgo y de las Tullerías, son otras de las visitas ineludibles en la capital francesa.
Primer día
Se puede empezar por la mañana con una visita al Arco del Triunfo ubicado en el Distrito VIII de París. Es en la plaza Charles de Gaulle donde se levanta este monumento que data de 1806 y cuya construcción fue encargada por Napoleón. Deberás ir a la terraza para obtener vistas privilegiadas de la ciudad y también visitar el museo que se encuentra en su interior.
Hasta septiembre, el horario de visitas es desde las 10 de la mañana hasta las 11 de la noche. La entrada general cuesta 9,50 euros. También tienes la opción de reservar visitas guiadas o para grupos.
Después te recomendamos disfrutar de un crucero fluvial por el Sena. Esta es una excelente forma de observar los atractivos más importantes de París. El recorrido dura una hora y se puede hacer sin costo adicional si te sacas el Paris Pass, que incluye el acceso a los principales atractivos de la ciudad.
A media mañana podrías visitar la Torre Eiffel y después de almorzar en ella, recorrer algunos museos. El museo Rodin es un atractivo para no perderse: un bello palacete rococó en el 79 de la rue de Varenne, que fuera anteriormente el Hotel Byron, es hoy la sede del museo que expone, y en sus jardines interiores se pueden apreciar las más excelsas obras del escultor francés. Se trata de una colección vasta, que no solo reúne 6 500 esculturas de Auguste Rodin, sino también miles de sus dibujos, pinturas, figuras y fotografías que formaron parte de la colección privada del artista.
Para finalizar el recorrido, Les Invalides o el museo del Ejército te proporciona una visita cultural en la que aprenderás sobre la historia del desarrollo militar del país –es aquí donde se encuentra la tumba de Napoleón Bonaparte-. Puedes terminar las visitas culturales del día, en el Museo d’Orsay, una estación de tren readaptada que exhibe las piezas de arte impresionistas y posimpresionistas más destacadas del siglo XIX y principios del XX.
Segundo día
Recomendamos empezar la jornada visitando el Panteón y la magnífica catedral de Notre Dame, dos monumentos arquitectónicos e históricos que no puedes dejar de visitar. El primero, claro ejemplo del neoclasicismo, compite en igual belleza con el segundo, que casi no necesita presentación: una imponente catedral gótica que podrás recorrer con visitas guiadas (en español, los sábados desde las 14:30 horas) que duran hora y media.
Aprovechando el uso de tu Paris Pass, podrás visitar el Museo del Louvre: el más importante de París, con una de las colecciones de objetos, obras de arte y antigüedades –de distintas civilizaciones- más destacadas del mundo.
El jardín de las Tullerías y la Ópera Nacional pueden ser las dos últimas opciones para culminar tu segundo día: el primero, a pocos metros del Louvre, es uno de los espacios verdes más atractivos de la ciudad, un jardín francés armonioso y ejemplar con sus zonas de descanso y flores de colores.
Mientras tanto, la Ópera Nacional, ubicada también cerca de los dos anteriores, es otra verdadera belleza, tanto por su arquitectura y diseño como por las obras de ópera y ballet que se representan en ella: clásicos como La Traviata de Verdi, o lo mejor de Pina Bausch deleitarán a los asistentes sobre su increíble escenario. La cúpula fue decorada por Chagall.
Tercer día
Desde temprano recorre los jardines de Luxemburgo, uno de los lugares más bellos de París. Su palacio, de igual nombre, es hoy la sede del Senado francés. Tienes la opción de disfrutar de una mañana al aire libre, llevar algo para comer, o simplemente recorrerlo disfrutando de la belleza de sus estatuas o visitar el Panteón, que se encuentra muy cerca de aquí.
El Palacio Real y sus bellos jardines podrían ser tu próxima parada y luego, después de almorzar, no dejes de ir a la basílica del Sagrado Corazón, en lo más alto de la colina de Montmartre, desde donde podrás disfrutar de unas vistas espectaculares.
La última propuesta para concluir con esta bella escapada a París es la plaza du Tertre, conocida también como la plaza de los Pintores, ya que allí concurren decenas de artistas para vender sus obras, o incluso pintar en vivo. Su fama proviene de antaño, ya que en sus alrededores vivieron pintores que luego se hicieron famosos, como Picasso o Utrillo.
Consejos
No olvides obtener tu Paris Pass, ya que te permite un significativo ahorro para las visitas a diferentes atractivos de la ciudad, además de ofrecerte descuentos en restaurantes y tiendas. Un pase para el transporte público también te será de gran utilidad.
